¡¡Cuántas veces hemos oido esto!! y parece que si, que el simple hecho de dedicarle un montón de tiempo a la cocina, el cariño se presupone, te asegura tener éxito en tus menús, pero…
No sé tú, pero yo, cuando pienso en la mayoría de ellas, las recuerdo super trabajadoras, siempre atareadas y con un montón de quehaceres domésticos todo el tiempo y acumulando siempre. La cocina, siempre encendida (esas de leña o los famosos fogones), cada día con productos frescos y nuevo menú que se cocinaba desde primera hora de la mañana. Tengo que decir que yo he «sufrido» el hecho de estar de vacaciones en casa de la abuela y oler a lentejas a las 8 de la mañana, ¡¡y mira que me gustan!!
Vivimos en una era de continuos cambios, el mundo YA ha cambiado, y mucho. Ahora la mayoría de nosotras tenemos una profesión fuera o dentro de casa, los números dicen que hoy las familias no son tan numerosas, no es el caso de la mía, pero soy una excepción y en favor de las mamis que tienen muchos hijos diré que yo, tengo pocos.
Hoy los preparados y precocinados se supone que nos facilitan la vida, tenemos más libertad, otra filosofía de vida, sabemos que los hijos crecen y aunque vivamos con responsabilidad, no entregamos todo nuestro «yo» para ellos (¿o sí?)
Hacemos deporte, trabajamos, somos taxistas de nuestros hijos, algunas hasta les ayudan con los deberes, cuidamos también de nuestros padres, tenemos que tener la casa limpia… y hacemos malabares con el tiempo para llegar a la noche sin que se nos caiga la casa con todo el equipo.
Dicho todo esto, a ver quién es la «guapa» que, además se mete a cocinar durante una hora (como mínimo) todos y cada uno de los días para preparar una comida en condiciones. Hoy en día creo que es poco viable hacer algo así.
Pero, espera, espera, ¿y eso de la alimentación saludable? queremos comprar lo mejor, cocinarlo de la mejor manera, valorar todo lo que lleva y si existe equilibrio… y tenemos a veces la sensación de que eso de comer sano es más complicado de lo que pensamos, así es fácil renunciar, recurrir a los pedidos poco saludables a domicilio o pasar muchas veces con el coche por el «auto».
Pues resulta que no es del todo cierto, hay muchos menús saludables, rápidos, frescos, sencillos y adaptables para todos. En nuestra comunidad compartirmos algunos de ellos y lo mejor de todo es que luego, entre todos, con ideas, reflexiones y mejoras, somos capaces de darles nuestro toque personal y aprender cómo hacerlo bien para toda la familia y para siempre.
¿Os resulta difícil pensar en llevar una alimentación saludable?